"No me importa si lo digo mal y te hacen reír mis palabras. Yo hablo como puedo, no sé decir lo que siento." Julio Cortázar.
"La oscuridad no existe, lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos."Henri Barbusse
domingo, 29 de agosto de 2010
Lo que nos une...~
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"La maravillosa idea
no tendrá donde esconderse de sus ojos descansados
porque está conquistada con otra forma de salvar vidas.
De ti depende si salí con... por más tiempo.
En situaciones de vulnerabilidad igual se mantiene la belleza,
pero en miedos, peligros y usos, si te sobra ansiedad,
no sentirás como que pisabas nubes.
La felicidad diaria es un duelo de opuestos, pero ¿Somos iguales
profundamente en el espejo?.
Elegiste ser, entonces gana el mundo
para nadar juntos en la intensa pasión y descubrir lo que no une...,
que me tiene totalmente conquistada."
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Esto de los poemas dadaístas se me ha vuelto un vicio... no solo eso, sino que el hecho de expresarme libremente sin "palabras" textuales. Me refugio en el arte y en éstas actividades, sin darle vueltas en círculos a las ideas. Porque eso son las ideas. Son cíclos.
Me doy cuenta de que las manos y la mente son realmente como una caja de fósforos [gran comparación hecha por mi querido Albert Einstein (L)], cada uno les da el uso que nace de la idea: el abuso o la inhibición. Es impresionante pensar que en las mismas manos que salvan la vida en una operación pueden ser capaces de destruir enormemente...
Razonemos~.
[Aires de Dalí, intentos de Andrés Bretón.]
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miércoles, 25 de agosto de 2010
La vida...~
domingo, 22 de agosto de 2010
En paralelo...~
sábado, 21 de agosto de 2010
Texto n°3, un ensayo de lenguaje común y corriente
- Capítulo XXI, El Principito.
domingo, 15 de agosto de 2010
Desconocidas Motivaciones~
jueves, 12 de agosto de 2010
La leyenda de la Sonata Claro de Luna...~
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Se cuenta que una noche, Beethoven y un amigo estaban caminando por las calles de Bon, y, al pasar por uno de los barrios más pobres, se sorprendieron de oír música, bien interpretada, proveniente de una de las casas. Beethoven, con su usual intrepidez, cruzó la calle, abrió la puerta de un empujón, e ingresó a la casa sin anunciarse. La habitación era precaria, y estaba iluminada por una débil vela. Un hombre joven se encontraba trabajando sobre un banco de zapatero en un rincón. Una joven mujer, aún casi una niña, estaba sentada a un viejo piano cuadrado. Ambos se sobresaltaron por la intromisión, pero su sorpresa no fue mayor que la de Beethoven y su amigo al enterarse que la joven era ciega.
Beethoven, un tanto confundido, se apresuró para disculparse, y explicó que había quedado tan impresionado con la calidad de ejecución de la joven, que había apresurado por averiguar quien era que estaba tocando en ese mismo momento esa noche y en ese barrio de la ciudad. Luego, preguntó amablemente a la muchacha dónde había aprendido a tocar, a lo cual ella respondió que una vez habían vivido al lado de una mujer que estudiaba música, y quien pasaba gran parte de su tiempo practicando las obras del gran Maestro, Beethoven. Ella había aprendido a tocar muchas de las piezas del Mestro tan sólo oyendo practicar a su vecina. El hermano de la joven los interrumpió en ese momento para saber quienes eran los intrusos, y que seguramente habían notado la pobre interpretación de su hermana. ¡Escucha! Dijo Beethoven, mientras caminaba hacia el piano, luego se sentó y tocó los acordes iniciales de su Sonata Claro de Luna.Lágrimas cayeron de los ojos de la muchacha al momento en que ella reconoció la música, y luego con una voz trémula, le preguntó a él si era posible que fuera el gran Maestro en persona. “Si” respondió Beethoven; “tocaré para ti”. Luego de unos momentos, mientras tocaba una de sus composiciones más viejas, la vela parpadeó, y se apagó. La interrupción pareció romper el tren de su memoria. Beethoven se levantó, fue hacia la ventana, y la abrió, inundando la habitación con la luz de la luna. Luego de meditar unos momentos, se volvió y dijo: “Improvisaré una sonata a la luz de la luna”. Luego siguió la maravillosa composición que conocemos tan bien.
Sin embargo, para introducir un frío y desagradable aspecto a este relato tan poético, debemos saber que debido el método de escritura de Beethoven y a su hábito de retocar, revisar y pulir una y otra vez sus manuscritos, es probable que la improvisación de aquella noche fuera mucho más aburrida que el trabajo final. El primer movimiento de la sonata “Claro de Luna” es lento, majestuoso y sombrío, como un hermoso y formal jardín que yace ilusionado en la oscuridad de la noche. Luego aparece silenciosamente escabulléndose bajo la sombra del acompañamiento, una triste e infinitamente amorosa melodía, que impregna todo el movimiento, hasta que el completo significado de su espeluznante y mística belleza es revelado; incluso mientras la luna naciente gradualmente baña nuestro oscuro jardín en un esplendor plateado.
lunes, 9 de agosto de 2010
Moonlight - Beethoven~
-Julieta: No jures por la luna, la inconstante..." ~
Romeo y Julieta, William Shakespeare.