Cuatro pruebas en una semana... no incluyendo que comencé la semana llegando de un viaje de once horas para ir a parar directo a la realidad, directo a la Universidad, directo a mi pieza universitaria. Sola. Como se supone que es para un alumno de provincia.
¿La foto?, no son ojos de tristeza, son ojos de viernes. Ojos de dormí poco, de estoy cansada. Pero a pesar de mis quejas, que son bastante constantes, son solo quejas, y me gusta sentir esa presión [masoquismo mode ON]. En serio, siento que el ritmo de la Universidad y en sí mi vida es un camino en donde se debe correr. Éstos días mantuve un trote casi a cuerdo y nisiquiera un "caminando". No, fue trote rápido y me gustó. Me gustó ese ritmo, esa exigencia, ese sacrificio, el trasnoche, las quejas y las recompensas. El sabor de la victoria y no victoria, de la superación y frustración y del "oh weón, pasé". Tengo un paladar fino para saborear.
Nuevamente, ¿la foto?, como ya dije, es de ayer. Han hecho buenos días en Valdivia, y ayer, después de todo el ajetreo, llegué a mi pieza, me tiré en la cama y por la ventana se filtró el Sol. No era incómodo, porque el día estaba fresco, con ese aire exquisito de aquí y... en esos momentos sólo te dan ganas de estar acostado, que te ilumine el Sol y sentir la brisa mientras ves los colores de tu pelo ante la luz, o simplemente las nubes por las ventanas... escuchando una buena canción.
Ochrasy por unos momentos, que la próxima de la próxima semana me espera, nuevamente, un aterrizaje en hic et nunc~.
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