"La oscuridad no existe, lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos."
Henri Barbusse


jueves, 31 de mayo de 2012

Confesiones de día jueves.

Antes de dormir,de madrugada agobiada por el insomnio y aturdida por ponerme a ver el pasado que en algunos lugares si queda intacto desahogué las penas en algo parecido a la lluvia tenue que azota a Valdivia hoy, en este momento. Con todas las fuerzas que me quedan para decir que quiero sanar, que quiero señales que puedan crujir en mi torpe cabeza, que quiero nuevamente enfocarme; no recé pero si hablé,  no hacia mi pero si hacia algún narrador omniciente que me escuchase. Y todo oscureció.

No comenzó el día como esperaba: el sueño realista donde le toqué, donde le sentí, donde le pude querer y expresar como antes..., el despertar abrupto sintiendo el sonido de mi propio pulso en mis oídos, y saber que llevaba media hora viviendo en un sueño profundo de fantasías olvidando mis responsabilidades de ir a clases. Volé.

No es que el día en la U haya cambiado mucho mis ánimos, pero si juntarme con alguien que conocí recientemente por casualidades muy particulares de la vida fue, en cierta manera, más liviano. Sin embargo, no fue del todo liviano. Su afecto muchas veces me ahoga, me ahoga ahora que yo no deseo nada ni nadie, bueno, quizás alguien específico...

Estar a orillas del río, sabiendo que cualquier momento de un movimiento brusco me tiraría a las profundidades del agua fue placentero, conversar, escuchar música y que de la nada sonase esa canción... esa canción tan característica de él, esa que hacía que la guitarra hablase y gritara cada entonación. Y como si fuera yo la representación, quedé ahí, como una piedra escuchando y pidiendole a la otra persona que al cambiase si no quería desencadenar la sonrisa al revés.

Caminando junto a mi nuevo conocido, a mi ahijado para ser exactos y de la nada, ante una luz roja en paso de la verde, al frente de la calle, él y sus piernas largas (sí, siempre me fijé en que sus piernas eran largas y las mías cortitas), el cabello no peinado y la cara de sueño. ¿Por qué debía encontrármelo justo ahora?, ahora quepodía malinterpretar muchas cosas, que podía crear un mundo falso, un mundo más falso que el mio en donde él me pertenece.

Luz verde. Pasos.

Caminar, un saludo no hacia mi pero si una mirada fija y fría que vi más de una vez. Sin palabras.
Sudor de manos, hiperventilación, ardor de ojos... puntos de colores en luz blanca. Hace tiempo que no me sentía así. Culpa, ganas de correr hacia él pero ¿con qué excusa si ya no somos nada?, o por lo menos en la realidad y en su mundo porque en el mio... aún es mio.

Descompensación.

Clases, tratar de enfocarme.
Llevaba poca ropa apropiada para la lluvia que aún cae.
Fui a Isla Teja, estuve a pasos de su casa, PASOS. No por él específicamente, sino que buscando un nuevo hogar. Ganas no me faltaron de pedir abrigo en sus brazos pero no podía ¿quién soy yo ahora?.

Caminar, sentir la lluvia caer y atravesar cada capa de ropa hasta llegar a la piel.
El frío, el aparente calor.
Las lágrimas ante la lluvia no son novedad.
El pelo pegado a las mejillas con puntos.
El poco maquillaje que me puse hoy, lavado.
Las ganas de correr.
Las ganas de sanar, de volver a ser la de antes.
No recordar que perdí un amigo,demasiado rápido.
Hablo de ti.
Y para ti: La rata bluesera - Ahora que no estás aquí.






Tratar de no soñar.
Tratar de avanzar.
Debo enfocarme, solo yo y yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario