"La oscuridad no existe, lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos."
Henri Barbusse


domingo, 18 de diciembre de 2011

Porque quiero ser paz en tu tormenta y a la vez piedra en tu agua calma,
el río en tu cara en la noche o en el día, porque también quiero ser la miel de tu sonrisa y la causante del antónimo... porque quiero ser la nube que sane tu herida, el pecho que acurruque tus confesiones y las manos que te ayuden a construir.

No tengo muchas cosas que ofrecer, sólo sé que soy tan rica por no poseer dinero.

Pero también sé que tengo las de perder por no poseer una carretera acústica plasmada en mi piel ni la atracción de un rostro pulido; más bien soy sólo una piedra casi fósil que faltan años por pulir para lograr ser joya.
Sin embargo, ante solo una palabra o petición ¿qué importa la guitarra en mi cuerpo?, pregunto yo. Ante sólo una palabra, un roce, un tacto puedo decir "camaradas, la coraza abajo" y ver el núcleo denso, indefenso, sin nada más que ofrecer que lo que se ve, sincero, sin máscaras.

Soy imperfecta y no creo que alguien sea perfecto, a la vez que he comenzado a creer en las palabras inconsecuentes que juran un cariño, una promesa. No necesito un futuro, necesito un presente de cadena de pasos hacia el amanecer. No deseo volver atrás, a la persona que fui antes, a la habitación oscura llena de arrepentimientos, cascadas, y mis manos, sólo mis manos entrelazadas por el silencio a no admitir condiciones, callando y gritando a la vez ante un sollozo o el silencio.

No, eso ya no, ahora hay gente que tendería una camilla... es sólo que no deseo ser ayudada muchas veces, prefiero estar para los demás con la sonrisa de piedra, el hombro esponja y las manos cálidas de comprensión, lo que yo desee alguna vez.

Y es todo lo que ofrezco, aunque sé que... las probabilidades son mínimas...
la gravedad nunca ha estado de mi lado y menos en tu recaída que la veo venir tan próxima como un tren a vapor, con el humo negro del carbón evidente.

Y cuando esas palabras salgan de tu boca... creo que ya estaré preparada pues me imaginaré la situación todos los días, como un latigazo psicológico para no tener esas molestas ilusiones que SIEMPRE me elevan para caer desde lo alto.




Cuando pase la tormenta sé que volveré a leer esto y me diré con una sonrisa en la cara "que tonta eres".

No hay comentarios:

Publicar un comentario