Siento que por más que respete el espacio personal al fin y al cabo igual me meto en cosas que no deberían incumbir mi persona. Pero no puedo, y creo no poder cuando alguien me importa pues soy más cargante de lo que soy con alguien ajeno.
Esa sensación de pecho cálido al ver a la persona y querer tenerla entre los brazos, abrazarla, acariciarla y escucharla, simplemente escucharla hablar como si fuera una conversa entre su consciencia y el ser tangible. Va más allá de la ternura y la comprensión, va tan allá que me hace sentir completamente fundida y conectada.
Soy tan rara.
...
Y hoy, a pesar de todas las cosas por las cuales debería estar atacada pensando, cabeceandome y quizás preocupada o triste, hoy estoy bien conmigo misma, normal, más serena. ¿Qué será de mi después de dormir?, un poco de serenidad no me vendría nada de mal.
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